domingo, 22 de noviembre de 2009

Las Cuevas de Sésamo en la pernocta de MAD

Están en Madrid en la Plaza de Santa Ana, un poco más abajo de la Plaza de Jacinto Benavente y por detrás del Teatro Español.

No hay metro cerca, de hecho los más cercanos son el de Sol de las líneas 1, 2 y 3 o el de Antón Martín, en la línea 1.

Nosotras nos bajamos en Sol , una vez habíamos llegado a la Puerta de la Mallorquina (una pastelería muy famosa de Madrid) subimos por la calle carretas hasta la plaza de Jacinto Benavente; desde ahí bajamos hasta San Sebastián y llegamos directamente hasta las cuevas.

También pueden bajarse en Antón Martín y subir por la calle Atocha hasta San Sebastián y directamente a las cuevas.

Otra opción que hay es llegar a Sol en metro, desde allí bajar por la Carrera de San Jerónimo hasta la calle Cruz y una vez hemos andado un poco por esta llegamos a la calle Núñez de Arce. Poco trecho después nos encontramos con la plaza y llegamos a las Cuevas por el otrp lado.


Bueno pues al llegar, entras y no ves un bar, entras a una especie de recibidor cubierto por espejos y en el suelo plaqueta negra. La estancia es amplia y es donde esperas tu turno para entrar a la cueva ya que no dejan entrar más que la gente para la que hay lugar. En este recibidor hay un pasillo que da acceso a los lavabos uno de los inconvenientes porque claro tú vas a estar abajo y los servicios arriba y cuando has bebido es agradable tener los baños cerca, no?

Bueno una vez en este recibidor a esperar. Aquí el tiempo de espera depende del número de personas que seáis. Siempre es más fácil encontrar mesa para cuatro que para nueve que éramos nosotros, lo bueno es que como llegamos temprano, no hubo problema.

Desde el recibidor la entrada es curiosa por que una vez has entrado en la escalera que baja hasta la sala el decorado cambia. Estamos en una estrecha escalera de madera fabricada sobre paredes de piedra viva pintada de amarillo crema en la que cada pocos metros te encuentras con frases de escritores y personajes importantes de la historia como Dante o Cassanova, por ejemplo. En el primero de los tramos de la escalera también hay una especie de vidriera donde cuelgan fotos, libros y manuscritos antiguos que decoran , uno de los meseros toca el piano, y aunque desafina, la verdad, y se brinca algunos compases, entretiene bastante, casi toda la música que toca es mexicana, boleros, así que nos resultó curioso.Parece que no es siempre eso del pianista.

Te sientas en taburetes y pequeños sillones forrados con una tela verde un poco fea, alrededor de una mesas pequeñas. La especialidad la sangría, aunque hay de todo .Nosotros pedimos 2 jarras de sangría. Está muy buena y fría, y es bueno porque hace mucho calor ahí abajo.

Pedimos unas tres rondas de sangría (unas 6 ó 7 jarras en total), En la segunda y tercera ronda nos pusieron papas fritas y cortezas. Son como 10euros por jarra, así que aunque los vasos son chiquitos, no se nos hizo caro.

Vayan, vale la pena